Los que piensen que vivo una vida regalada, tienen razón: no madrugo, no trabajo, hago lo que quiero. Pero estoy sujeto a una medicación. De todos modos, no me he instalado en el ocio: he escrito seis novelas, tres colecciones de cuentos, dos obras de teatro y cinco libros de poesía, aparte de más de cinco mil textos en este blog. No descanso de escribir ni un solo día. Ya voy por la página 83 de otra novela que estoy escribiendo. Leo un montón de libros para estar al día de las novedades editoriales. No me relajo del todo, no estoy todo el día tumbado. Claro, que mi trabajo no es el de un taxista o un camarero. Es el trabajo de escribir lo mío. El que no lo valore, seguirá pensando que no me merezco la vida que llevo. Allá él.
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