Durruti fusiló a todas las prostitutas que iban con los milicianos carcelarios. Y fusiló a todo el que se enfrentaba a él. Terminó con una bala de sus propios amigos revolucionarios republicanos por hijo de puta. Quiero decir con esto que todo aquel que se ponga a mandar y a imponer y a despreciar (todo lo tuyo es mío y tacitas del Alehop) puede acabar odiado, lleno de mierda porque todo aquel que se cree algo acaba comiendo mierda. No te creas algo, sigue la carrera del vecino y no tendrás problemas con los demás. El odio no se sabe cómo va a manifestarse pero si es una puñalada, en eso se traducirá.
No mandes, no impongas, no desprecies
y no serás odiado
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