lunes, 7 de noviembre de 2022

Uno tiene una historia pero la tiene en pañales, no sabe qué hacer con esa historia y es prontísimo para matar al personaje, así que el personaje debe andar, comer, relacionarse, vivir, al fin y al cabo. Pero uno no sabe describir dónde va ese tipo, ese personaje que ha creado a la pata la llana. No sabe uno cómo son las calles y las casas por donde va ese personaje; no sabe uno con quién se va a encontrar, si los otros personajes secundarios son buenos o malos. Uno tiene modelos en la vida real que podría usar, gente que conoce que mira altanera o gente que conoce que da asco conocerla, en fin. Y esos modelos podrían servir para ser los personajes secundarios de la historia pero a uno no le salen, no le salen. Da pereza poner esos personajes en la historia porque no aportan nada, son como seres muertos que no hablan, casi ni gesticulan, casi no los percibe uno como personas. En fin. La mañana avanza y yo con ella. Veré a los de Colón, comeré y me echaré la siesta. La vida pasa, el cóndor pasa, el tiempo pasa.


Solicito una sublevación

de paz, una tormenta inmóvil, Quiero, pido

que la belleza sea

fuerza y pan, alimento

y residencia del dolor.


Antonio Gamoneda


Lo del dolor no lo entiendo pero sí que debería haber una tormenta tranquila que nos traiga la verdad.

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