Ayer fue un día de mucho comunicarme con los más cercanos a mí. Primero, con mi hermano Paco, con el que estuve hablando en una terraza de Villalba durante gran rato. Me habló de cosas aún no oídas de él y yo le conté también cosas que él no sabía. Antes, en Colón, con los jubilados, yo hablé y hablé de mil cosas hasta llegar a casa borracho de palabras emitidas. Y para finalizar, después de venir de Villalba, hablamos todos los del "tú decides" en otra borrachera de expresiones bonitas en el que cada uno se reflejó en el otro y contó miserias y glorias de su vida. Paco dijo "que no dejaba de buscar un objetivo en la vida".
Quien me adula es mi enemigo, y quien me reprueba me enseña.
Así es. Aunque hay gente que ni adula ni reprueba, está en la indiferencia.
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