martes, 1 de noviembre de 2022

Entre los aguaceros de mentiras

y el frío de esta fiesta de los muertos, transito yo averiado de la mente, con escalofríos de pueblo, cal y cemento. 

Así pasa el mundo y el poder que lo dirige, tristemente imbécil, doblemente cansado.

 La luz agota la hierba, la lluvia se mete en el cielo y el hombre mata su casa poco a poco.

 Es el designio de los higos que le nacen a la higuera, es la muerte que azuza la devastación del Amazonas y los ríos grandes y buenos. 

El hombre se destruye y la naturaleza se revuelve de dolor.

 

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