sábado, 14 de noviembre de 2020

Un señor llamado Bauman, polaco marxista y británico de adopción dice en sus escritos que la sociedad de hoy en día es una sociedad líquida. Yo no daría voz a un marxista si este no fuera además sociólogo, filósofo y estudioso del mundo moderno. Sociedad líquida vale por una sociedad en que no hay vínculos entre el individuo y otros individuos o un colectivo. "Yo soy esto, yo soy aquello", decimos, pero no tenemos un gancho con la familia o con un colectivo. Y el colectivo con el que tenemos un vínculo nos sonroja descubrirlo: el taller de cerámica promovido por el ayuntamiento o una escuela de danza de sexagenarias preocupadas por Cantora, la Obregón y Fran Rivera. 

De pena. Pero así va el mundo. Individuos a la deriva que son grandes profesionales pero que han ejercido en varias empresas o trabajos de todo tipo, individuos que están como en cápsulas pequeñitas de dos en dos porque más de dos ya es imposible la comprensión..., individuos absurdos en su soledad orgullosa que no han dado un beso más que a su lanudo perrito de aguas. En fin, que triste es robar, más triste es pedir.

La sociedad alienada en términos freudianos da el poder a personas alienadas (no podría ser de otra forma). Presidentes que venden a la ciudadanía al mejor postor. También de eso va la sociedad líquida. Los malos gobiernan: sálvese el que pueda. Gente que vota por un voto agradecido, no convencido. O quizás sí, convencido porque son tan malos como el presidente de turno. El analfabetismo de hoy en día se muestra en programas basura que ponen a todas horas, con gilipolleces como llenar la cámara de televisión de dos besándose y luego, regañando. Nunca había salido tan barato el anuncio que te meten luego para que compres el perfume navideño de moda.

Qué triste es robar, más triste es pedir. Vendrán dineros de Europa a los que han llamado "escudo social". Lo que se colige de esos dineros, por lo que pasó en Vandalia, es que habrá una corrupción de tintes corleónicos. Porque aquí, en España, no hay decencia, digan lo que digan. No es "Spain is different" sino "Spain is owesome". La vergüenza de Europa, la corrupción a raudales. Y eso también tiene que ver con la sociedad líquida. Nada importa, ni la dignidad de la persona ni de las personas a las que gobiernas.

La gente anda, como yo, de acá para allá como perros solitarios. Me encuentro con una conocida en medio de la noche que me dice que viene de pasear, como yo, de pasear su soledad por las calles llenas de hojas amarillas que recuerdan a la muerte. Eso es la sociedad líquida. Te casas, te divorcias. Tienes amigos, no tienes amigos. Es todo tan líquido que se escurre entre las manos. Da pena. Pero si no sabemos ni a quién tenemos delante. Lo malo es que todo se rige por un determinado interés, no por una franca generosidad. El que sea generoso en estos tiempos se solemniza como tonto del bote. Es la sociedad líquida: que no tolera la bondad. ¿Dónde estará la bondad de que habló Platón y Santo Tomás de Aquino? Ya no es que vivamos en una cueva y no la veamos, es que ya no se proyecta sobre la pared de la cueva. Hay que ser malo y egoísta en esta sociedad líquida para que los demás te entiendan. ¿O estoy diciendo alguna tontería? Qué pena robar, más pena pedir.

Lo contrario de lo líquido es lo sólido, lo compacto. Lo que antes se daba por descontado, esto es, que la gente era honrada, ya no hay manera de comprobarlo en nadie. La gente es ladina, no tiene valores que ya no se enseñan en las escuelas. Ahora se puede pasar de curso con 5 asignaturas suspensas. Toma ya. Más líquido que eso, imposible. Te invitan a que te tumbes, a engordar en el sofá a ver a la folclórica de turno contándote su vida. Qué triste es tener vista y qué triste tener oído. Cómo descansan los muertos de esta triste vida. Todos desconfiamos de todos. Es lo líquido, es lo que nos enseñan. Los valores redondos, que giran sobre la bondad, no existen. Existe el cachondeo, la aberración y la carcajada. No la reflexión moral. ¿Qué va a saber de reflexión moral esa que está en el bar bebiendo cerveza sin hacer caso a su hijo ni un momento?

Bueno. Finalizaré diciendo que seáis buenos aunque cada vez cueste más y sea menos inteligible por la sociedad líquida. Sociedad líquida. ¿Nos la bebemos?


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