Que me hayan asignado una psiquiatra que ya está con mi hermano no me gusta. Según Paco, es una tipa un tanto tonta, que mezcla su vida privada con la atención al paciente. Si la que tuvimos antes era muy dispuesta con papeles y medicamentos, ya no nos escuchaba y creía que lo que decíamos eran invenciones nuestras. Alguien que no escucha, no merece que le hables y a lo mejor pasa lo mismo con esta psiquiatra, que se saca de la manga no sé qué de su hijo para explicarte no sé qué cosas. El caso es que yo quiero que me hable del análisis de sangre que me hice y poco más. No voy a decirle mucho más. Hablaré de mi vida por encima, contándole, por ejemplo, mis aficiones. De ahí no paso.
Una mala palabra hiere más que una cuchillada.
Como mi hermana, que, al llamarla yo ladrona, cosa que es así, me dijo que me iba a denunciar.
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