El 19 de Marruecos mete un golazo a Portugal. Salgo a la calle. Algarabía de coches pitando con las banderas de Marruecos al viento. Llora Cristiano. Los ricos también lloran. Estoy en un hotel, en el hall. Ya he desayunado. Escribo para matar el tiempo. Ojalá Marruecos se coma a Francia y le gane. A África se le oirá por fin aunque sea en un Mundial de fútbol. Miro por la cristalera. El cielo de Madrid es gris y llueve. Terminaré de escribir esto y luego iré a un restaurante a comer. Voy a hablar de mi libro. Y se me va a escuchar. Estoy un pelín expectante: la vida se abre paso enfrente de mí. Busco en internet un refrán.
Quien no suma nada a su haber se endeuda.
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