Estos días, aunque nos vendan lo contrario, no son muy felices para la gente. La sociedad está montada así, con crueldad para los viejos y los que no entienden este mundo. Pero bueno. Eso sucede con todas las fiestas, que, mientras unos disfrutan de ellas, otros las maldicen. Nunca llueve a gusto de todos, nunca algo que sucede es lo mismo para unos que para otros. No tiene el mismo significado la Navidad para una familia estándar, donde todo es alegría, que para una familia ya casi deshecha. Y es que todo esto que se monta alrededor de la Navidad es un puro mercado para que compremos. El capitalismo lo abarca todo y todo lo encubre, esa lágrima que surge de no se sabe dónde.
A quien duele la muela, la eche fuera.
La muela como metáfora de todo mal que nos pasa.
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