La vida, a veces, va en un vagón que traquetea mucho y parece que va a descarrilar. Pero te diriges a la máquina y preguntas y te dice el maquinista: "es normal, no se asuste. Ocupe su asiento. Pronto llegamos". Aunque queden quinientos kilómetros aún. A veces la vida va como en un remedo de un película muy mala en la que, además de ganar el malo, todo está como trucado y los personajes lo hacen fatal. Pero el del cinematógrafo saca un papel indicando que quedan 15 minutos para el final. Y ya nos quedamos en el cine para ver un absurdo desenlace de esa película que ya hemos pagado. A veces, la envidia nos puede y hacemos todo lo posible para parecernos a alguien pero nunca llegamos a ser ese alguien y nos maldecimos por dentro. Pero la conciencia nos dice: "ya queda poco. Aguanta en tu rol, que ya queda poco". Y todo pasa y llega el verano y algunas cosas toman otro aspecto. Otras veces pensamos: "el mundo es un mierda". Pero el mundo es demasiado grande para ser él todo una mierda.
Los pensamientos no pagan impuestos. (África).
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