Hay gente que solo tiene amor por el dinero. Los que están a su alrededor son ocasiones para gastar o para ganar dinero, nada más. Esa gente no invita nunca a nada, aunque los hayas invitado alguna vez. Son gente roñosa, chupóptera, ratera y avara que no sueltan jamás el puño cerrado. Sueñan con el dinero, viven para el dinero, morirán con el dinero en su cabeza. Porque los pobrecillos no tienen otra cosa en qué pensar. No leen libros, no van a museos, no les gusta la naturaleza. Solo tienen una idea en la cabeza: cómo conseguir dinero. Son gente de la que hay que huir porque no causan más que disgustos. Tú tienes más, yo tengo menos, siempre así.
Queriendo saltar a la luna se puede caer en el barro.
No ambicionemos mucho en esta vida y queramos a los demás, no a lo imposible.
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