He dado un paseo por Madrid, de la plaza de Lavapiés, atestada de restaurantes hindúes, a Arenal, donde he charlado con un ciclista profesional. Este hombre me ha dicho que para ser profesor hay que ser muy inteligente y tener mucha personalidad. Me ha recomendado ver "Rebelión en las aulas", película que trata el tema de la educación. Para este señor, la gramática hace que adquieras mucha dialéctica. El conocimiento del tema hace que esgrimamos grandes argumentos sobre el mismo.
Mi posición desahogada me podría dar para muchos caprichos pero mi voluntad sólo ha querido comprar un libro clásico, "Rojo y negro" de Sthendal y comer un bocadillo de calamares. Otro día seré más selecto en esto del comer y comeré alguna gollería de las que ofrecen los establecimientos de comidas.
En la plaza de Opera se estaba divinamente. No hacía frío y he estado contemplando a la gente como va. No he distinguido entre la riada humana a ningún intelectual, quizás he podido distinguir a un informático aguerrido pero nada más. Los intelectuales escaseamos. Ha pasado una chica muy guapa cuando ya me estaba quedando frío. Contemplándola mientras pasaba, he pensado en irme y me he metido en el metro. Sthendal escribe muy bien. Clarito y al grano.
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