Tenía que ir a su psiquiatra y pedirle que le comentara la analítica que le hicieron en diciembre. Después, decirle que iba a cambiar de psiquiatra porque no quería que un psiquiatra atendiera a su hermano y a él a la vez. La psiquiatra se llamaba Ángeles y su hermano decía que era amable y simpática, que lo entendería. El paciente del que hablamos había pensado mucho en las palabras que tendría que decirle y las palabras que le tenía que decir es que una psiquiatra para dos la misma creaba confusión y que él era un paciente individual que necesitaba atención individual. De hecho, habían estado 10 años con una sola psiquiatra y el resultado fue muy irregular, con tres ingresos de un hermano y una crisis maniaca del otro hermano que solo se curó en urgencias.
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