Hay unos montañeros de la sierra de Madrid y Segovia que tienen el Libro de Buen Amor (LBA) metido en un gruta a salvo de curiosos. Van allá de excursión y leen unos versos del libro y se beben unas libaciones de la bota de vino. Como los goliardos o los trovadores o los juglares o los del mester de clerecía. También había trovadores cazurros, que no se sabían bien la rima ni la medida de los versos. El Arcipreste de Hita, autor del LBA, escribe en cuaderna vía, que son 4 versos de 14 sílabas monorrimos: o sea, que riman todos en la misma rima. Gonzalo de Berceo, otro tan grande como el Arcipreste de Hita, pedía "un vaso de bon vino" al acabar sus poesías recitadas, ya que entre el mester de juglaría y el de clerecía había muchas relaciones.
A quién es más alto que tú llámale "Gigante".
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