Hoy lunes me he levantado insatisfecho, desmoralizado o simplemente, deprimido. No tengo nada por lo que luchar. La escritura ya no me ocupa como antes. Antes me daba un horario, me daba ganas de vivir la vida, me daba la impresión de ejercer un oficio y de ser un profesional de algo, un escritor. Pero últimamente, no escribo nada de cuatro a seis porque no voy a publicar nada de lo que escriba. El día 19 de este mes tengo una consulta gratuita de orientación jurídica sobre mi situación para poder publicar mis obras. Espero que me asesoren y me digan si yo puedo publicar de alguna manera. Me lo pasaría bien si yo me pateara editoriales para publicar.
No tengo ganas ni de hacer la comida, mi situación es de postración después de un fin de semana aburrido del que no he sacado nada en claro, tampoco he escrito nada. No me planteo una gran historia en la que yo me comprometa a buscar la manera de hilar por las tardes un argumento feliz que me quite de este aburrimiento mortal de la vida.
Me estoy leyendo una gran obra de Gabriel García Márquez y pienso en lo bien que lo pasaría este hombre escribiendo esa historia porque es muy buena. Me da envidia.
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