No me gustan los mentirosos porque mienten por costumbre, la mentira se los hace costumbre desde que empiezan a mentir. Vamos a tener más de una sorpresa con los mentirosos. Pero este país está acostumbrado también a la mentira y eso es peor. Ojalá haya alguien que alce la voz frente a la mentira que se está enseñoreando del ámbito público. Nos mentirán hasta el final y tragaremos pues eso es lo que nos han enseñado: a callar frente a la mentira. La mentira triunfará otra vez, como triunfó en el ámbito público con un idiota. Ahora hay otro idiota al que le gusta mentir y figurar. Va a ser difícil sacarle de ahí. Le gusta estar ahí con la mentira y nadie se pone de acuerdo para echarle. La mentira está triunfando y triunfará aún más hasta que la mentira se convierta en ruina y desprestigio total. Dicen que con la mentira no se va muy lejos pero con una mentira bien articulada, en España, sí que llega para triunfar y mantenerse y sonreír todo el rato, como hacía el idiota. No nos fiemos de los que mienten. Son unos sinvergüenzas que no ansían más que el poder a toda costa. Ya mintió desde el principio y nadie dijo nada. La colección de mentirosos que le rodea amplia la mentira hasta hacerla colosal. La mentira es su arma, la usa a cada rato. Lo peor es que es un inútil y un irresponsable, le da todo igual. Cada vez que sale hablando, su voz falsa le delata pero nadie hace nada. Lo pagaremos caro.
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