Estoy de bajón. Esta monotonía de días que caen como gotas de agua todas iguales me ha vencido. La rutina absurda de no hacer nada se ha vuelto contra mí. Y tengo que hacer unas lentejas pero no tengo ganas de hacer nada. No es que no pueda sobrevivir a tal estado de ánimo, sino que me veo impedido y cada cosa me cuesta un montón. Han pasado días de un tiempo borrascoso, con mucho viento, no daban ganas de salir a la calle. Me preocupo mucho de lo que fumo hasta someterme a una tortura por cada cigarrillo. La vida es absurda, no tengo alicientes en ella. Me levanto y no sé qué hacer. Me aburro, me desentiendo hasta de las pocas cosas que hago. No me parece útil la novela que estoy haciendo y cada vez me parece más difícil escribir unas líneas. Espero que todo cambie a mejor porque si no, me voy a hundir en la miseria de la inacción y la depresión. Por ahora lo voy aguantando pero necesito un estímulo, una respuesta a tanto aburrimiento y rutina impuesta. Menudo rollo la vida que llevo. Me levanto tarde y no tengo dónde ir ni con quién charlar ni nada.
Si la rutina te aplasta, dile que ya basta.
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