Anda el tiempo de revuelta, como dicen en mi pueblo. Yo lo noto y ando también revuelto, cansino, perezoso, irritado conmigo mismo. Llevo unos días así, no tengo ganas de nada aunque diga mi horóscopo que si sigo persistiendo en mi trabajo obtendré resultados. Pero hoy me he puesto a escribir y no me ha salido ni una línea. Me he tumbado en la cama y allí he estado dando vueltas a pensamientos tristes, cansinos, perezosos y al cabo, no he hecho nada. Voy como a remolque de mí mismo, todo me cuesta un montón y pensar simplemente en hacer la comida mañana me da horror y desgana.
Voy a ver cómo amanece mañana, a ver si la revuelta se ha traducido en un tiempo frío pero estable y yo me estabilizo también. Las cabezas, cuando cambia el tiempo, lo notan y están como voladas, el rostro ceñudo como el que veo por las calles. El viento molesto también consigue agriarnos el semblante y hasta que no se asienta el tiempo, aunque sea frío, nuestro espíritu no descansa tranquilo. A ver si se tranquiliza la atmósfera y repercute en mi estado anímico de manera positiva.
Cuando el tiempo está revuelto, métete en la cama y estate quieto.
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