Esta noche me ha tocado insomnio; o sea, que me he dormido a las tres o cuatro de la mañana, después de fumarme unos cigarrillos y tomarme una pastilla. Es lo que tiene mi enfermedad algunas veces. Nadie tiene que saber que me pasan estas cosa por mi enfermedad y yo procuro no pasarme con nadie pero hoy, sea por lo que sea, no veo más que hostilidad en el ambiente y estoy irritado, como de no haber dormido bien. No sé si será por este frío intenso que hace que estemos en casa u otra circunstancia pero yo estoy mal. En estos días me meto en casa para evitar males mayores pero si hay alguno que me busca las cosquillas, se lleva todo mi mal carácter de mal descansado e irritado. Yo generalmente soy afable o puedo estar mohíno o triste pero cuando estoy irritado, no veo más que gilipollas por todas partes. Nadie me tiene que disculpar y yo debo ver la solución para no faltar a nadie pero es como si te acercas a la llama, seguro que te quemas. Lo malo es que yo no emito señal alguna, parece todo normal en mi ser si nadie se mete conmigo. Los demás podrían pensar, si conocen mi mal, que hay días buenos y días malos en cualquier enfermo y no quejarse tanto si los he mandado a la mierda. La naturaleza de mi enfermedad es así de jodida y cuando no se puede no se puede.
Si un caballo está de espaldas, no deja de ser un caballo.
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