Este señor ha entrado en la peluquería a que le corten el pelo. Sentía una gran necesidad de cortárselo porque ya le estorbaba. Hay un joven al que el peluquero le está haciendo un corte moderno, estilo mohicano o algo así. El peluquero le ha dicho a este señor que hay otro cliente antes; entonces, este señor se ha puesto a mirar revistas y ha sentido un gran temor de lo que ve en ellas. Ve actores y gente famosa que se divierte. A este señor le da la sensación de que hace mucho tiempo que no se divierte de verdad; no sólo eso, sino que a este señor le da la sensación de que es un mindundi, de que está fuera de este mundo hace mucho tiempo. Este señor no tiene unas relaciones importantes y divertidas como los actores y modelos que salen en la revista, que se ríen a carcajadas y dan paseos por lugares para él muy apetecibles como los que están al lado del mar. Este señor piensa que ha viajado poco y en la actualidad viaja aún menos mientras los de las revistas hoy están aquí, mañana allá...Piensa este señor que no tiene nada que vender, ni tiene un público, ni tiene mucho dinero.
El peluquero le corta el pelo. Se inicia una conversación en que este señor es el protagonista. Este señor piensa, mientras se fuma un cigarro después de ser rapado, que no merece la pena la vida que lleva pero la vive pues no hay otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario