Seguimos viviendo, esa es la verdad
pero recelando hasta de nuestras carnes,
esa es la ley para el que está aquí.
Saber vivir es ir dudando
hasta poner un pie al estribo
y ya decir: estoy seguro
por una vez en la vida
de que me voy a morir.
Porque el que vive sólo sabe que vive, nada más.
Y el que llora vierte sus lágrimas
en el oscuro pozo de la vida
y ha de conformarse con estar triste
pero vivo.
Yo no sé el paso que doy
en este mundo traidor
aunque la acera sea firme
pues en la acera de enfrente
está la causa más firme
de perderme para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario