Los días transcurren como dentro de una burbuja, en forma de círculo, sin extenderse más allá de un giro corto de la fortuna. Simple twist of fate, como decía Bob Dylan. El se refería a que un golpe de suerte cambia la forma de vida de una persona. Yo me refiero a que la fortuna me tiene metido en un círculo menudo en el que me muevo como lo haría un pececito en su pecera.
Las conquistas que hago son: fumar menos, intentar levantarme antes (sin conseguirlo), desear hacer un viajecito como el que hicimos a Navacerrada; en fin, pequeñas cosas. Mis deseos y mis aspiraciones son tan simples como ese giro corto de la fortuna.
Ayer estuve hablando con el taxista que vive en Villanueva de la Cañada sobre mi paga. No debí ser tan sincero ni explicarle nada sobre lo que cobro ni en qué situación estoy. Seguro que a esta hora lo saben todos los taxistas.
Me parece una situación casi injusta la mía. Estoy cobrando una buena pensión por haber trabajado diez años y, como dijo el taxista, hay gente que ha estado picando cuarenta años y le dan una mierda.
Casi hubiera preferido que mi pensión hubiera sido más modesta. Así no me sentiría así como me siento. Mi situación es abusiva. Vale que tengo una incapacidad pero lo veo exagerado.
De todas formas hay que aprovechar la coyuntura y ahorrar y pasármelo bien todo lo que pueda. Viajar con Eva, disfrutar del dinero y a la vez, ahorrar.
A lo mejor Eva piensa en comprar un piso en vez de vivir de alquiler pero yo no estoy por la labor de comprar más pisos.
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