Al iniciar abril, voy a escribir un blog. Como soy enfermo mental, quizás algunos crean que voy por la vida dando problemas o pensando raro o molestando a mis familiares. No es así, si no al revés. Yo cumplo con mis obligaciones, visito a mis padres todos los días. Además, cuando tengo un problema, nadie de la familia llama a ver qué me pasa. Entonces, ¿para qué quiero a mi familia? No la quiero para nada, como yo no soy nada para ella, siempre exceptuando a mis padres que, con 90 años, todavía me ayudan en muchas cosas, no como el resto de mi familia que pasa de mí y de mi hermano. Por otro lado, he leído algo sobre José Hierro, el poeta calvorota que llenaba salas recitando sus poesías. A mí no me gusta su poesía. El 6 de abril, tengo consulta, me harán un poco de caso, caso médico y moral, cosa que no me da nadie más que mis padres. Cuando mueran mis padres, algo hondo se me morirá y ya nada será lo mismo. Pero pueden cumplir 100 años fácilmente porque "vida sosegada, muerte alejada". Yo seguiré a lo mío y, si mi hermano Paco se pone malo, sé que solo yo estaré para cuidarlo, ninguno de mi familia me ayudará.
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