Otra noche de insomnio y van dos. Estos días he hecho cosas nuevas, como quedar con mi sobrino, invitar a comer a Abdul, charlar con gente con la que antes no hablaba, tener proyectos como imprimir unas poesías mías en una imprenta, escribir una gramática cuya unidad fundamental es la "historia gramatical" o "párrafo gramatical" donde en vez de sujeto, hay protagonista; en vez de verbo, hay acción y en vez de objeto directo, hay objetivo. También se me metió en la cabeza enseñar a leer a Abdul y comprar cuadernos Rubio en la librería. No he tenido proyectos de viajar, sin embargo. Así ha sido la noche: pensar unas cosas y otras, unos proyectos y otros de futuro. Ya me veía en la imprenta explicando cómo deberían ser mis copias de las poesías, ya me veía en la librería preguntando por los cuadernos Rubio, ya me veía escribiendo mi gramática de la historia como núcleo de la expresión hablada y escrita. Yo creo que el hombre, cuando habla no piensa en oraciones sino en párrafos o historias que debe pensar y expresar en la conversación. La psicóloga me ha dicho que al acostarme, escriba en un papel las cosas que voy a hacer al día siguiente. Eso hice, pero no me puede dormir. Espero que esto sea pasajero y no vuelva a darme el insomnio. Hoy solo tengo que encargarme de hacer unas lentejas y nada más. Procuraré no salir mucho de casa para no recibir estímulos mentales que me exciten. Hoy es día para la calma pues se ha acabado el puto puente de los cojones.
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