He tomado café en el "Sandama" con un vaso de agua. He pedido fuego a Manolo el gallego, que estaba charlando con un señor ya maduro. Martín se ha limitado a servirme. Nada que hacer más que comprar tabaco. Pero no tenía mechero así que he dado el paseo sin fumar. Luego, he ido a ver a mi madre y hemos visto "Juan de la jungla" con unas serpientes haciendo el gilipollas. También ha entrado ese Juan en un museo de las serpientes en Tailandia. Ha estado bien. Me ha saludado Sara muy efusiva. Siempre desea lo mejor a mi hermano Paco y a mí. A mi madre la llama princesa. No está mal porque la marroquí trabaja y cuida muy bien de mis padres. Mi madre la acepta, no como a las otras que las llamaba guarras. Eso del Qida es una puta mierda pinchá en un palo. Luego, he venido a casa y me he puesto a escribir esto. Mis padres son sabios. Yo me hago sabio al lado de ellos. Son analfabetos sabios mis padres. Me gusta estar a su lado aunque cuenten historias antiguas mil veces contadas. La vida, como la Parca, andan juntas y hay que tener cuidado. Yo me noto algo cansado del insomnio de anoche. La mañana pasa, como la torre de la cigüeña, como el trigo sembrado, como la luz de la mañana y como las histéricas que dan gritos sin tener que darlos.
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