No me gustó un psiquiatra que tuve yo antes de estar en la Seguridad Social que era muy reservado, callado y perdonavidas. Pero bueno. Allá él. Ahora tendrá 70 años y no habrá caído bien a ninguno de sus pacientes. Era un tipo que no hacía más que preguntar y poner la oreja pero nunca daba consejos ni hablaba con confianza conmigo, como si yo fuera un niño o un tonto. Pero con su pan se lo coma ese tío; ya digo, tendrá ahora 70 años y será un amargado pues no ha disfrutado de su profesión. Yo sí he disfrutado de mi profesión viendo cómo los niños aprendían conmigo e incluso me han hecho regalos, hemos hecho fiestas en el aula, nos hemos divertido cuando, después de dar yo la lección, les contaba algún chiste.
La verdad es que la profesión se lleva por dentro. Yo he amado ser profesor y amo ser escritor. La pena es que es muy difícil publicar en este país porque te piden dinero.
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