En estas navidades, unos comerán y beberán felices y otros pasarán un mal trago. Es así: la fortuna se reparte desigualmente durante todo el año y más desigualmente estos días en que los problemas se agudizan para los tristes. Como dice la canción de Rosalía de Castro: "maio longo, maio longo, para unos telas de bodas, para otros telas tristonas". La vida es así y hay que aceptar lo que venga. Yo, hace una semana, por poco me vuelvo loco de no dormir. Mi primo Perico está luchando contra un cáncer. Es todo muy penoso de vivir pero si se vive la vida con fe, hay alguna esperanza de que todo mejore o vaya mejor. La sonrisa, creo, no hay que perderla del todo porque es la que nos anima. Mi prima la del pueblo me dijo un verano: "no queremos vinagres". Lo decía por mí porque yo no quería estar en el pueblo y estaba amargado pero hay que hacer un poder y seguir adelante con la vida.
Como decía un jefe de estudios que conocí en un instituto: "estoy de mierda hasta aquí" (y se señalaba el cuello) "pero tiro para adelante"
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