Yo debo ser un alma inquieta pues sueño con sitios lejanos, imagino historias con palabras, deseo conocer gente nueva. Deseo también la mezcla de estas tres cosas: escribir sobre sitios lejanos, conocerlos y charlar con gente nueva de esos sitios y esas historias que he creado o crearé con palabras. Todo bulle en mi interior y no he conocido a nadie con el que hablar de semejantes cosas. Me siento solo con mis inquietudes. Internet no me ofrece la oportunidad de conocer gente nueva pues esa gente solo desea el amor o el sexo y yo lo que deseo es el compartir historias o ideas del mundo frente a una taza de café. Yo soy quizás un intelectual sin intelectuales al lado. Por lo tanto mis ideas se diluyen en mi propia cabeza una vez pensadas. Yo me monto un mundo de ideas, palabras, historias creadas, deseos que no tienen fin pues la imaginación es fértil en la soledad pero no tengo con quién contrastar tales deseos o ideas o historias. La gente solo piensa en compartir la vida pero no los pensamientos. La gente quiere estar al lado de otra persona pero solo por el hecho de estar al lado de otra persona. La soledad es muy mala pero hay que gestionarla. Me daré un paseo hoy para ahuyentar la soledad porque el camino en el que se pierden los pasos reblandece la soledad y la transporta a algún lado.
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