Yo, a lo largo de mi vida como profesor, me he tenido que adaptar a, al menos, 17 institutos diferentes en veinte años. Yo era interino y seguí siéndolo hasta casi el final. Leo en un periódico que en la educación, uno de cada cuatro profesores son interinos. ¿Cómo va a funcionar bien la educación con esta variable tan mala en la que muchos están de paso en los institutos? Así no puede funcionar bien la educación. Porque el interino no está centrado, no tiene historia, solo sustituye. Ya es hora de que la administración educativa haga un esfuerzo para que no haya tanta interinidad. La interinidad crea injusticia en los institutos en los que el interino carga con lo peor y el profesor antiguo se deshace de carga lectiva. ¿Cuándo va a llegar el interino a la situación de un profesor antiguo? Cuando esté a punto de jubilarse, a los sesenta pues se ha tirado hasta los cuarenta y pico de interino y opositando. Una injusticia. Mientras, el profesor antiguo se va quitando tarea que endosa al nuevo, al interino, el interino sufre por sacarse una plaza que obtiene a los cuarenta, cuando ya se ha recorrido toda la comunidad de Madrid sustituyendo. Qué pena. Y luego echan la culpa a los chavales, a los padres, a los profesores. La administración debería mirar qué está haciendo.
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