Uno escribe y no sabe nunca si lo que escribe interesa. Sólo he sido leído en muy pocas ocasiones y lo que me han dicho no sé si me desespera o me da esperanza de seguir escribiendo. Me han dicho: está entretenido. Los titulares de los epítetos de las grandes novelas en los periódicos suelen ser: deslumbrante, lleno de honduras humanas, admirable en su ejecución técnica y cosas así pero nunca dicen en esos periódicos de una novela buena: está entretenida. Antes de alcanzar tan elogiosos adjetivos en la prensa yo voy tirando con el apelativo de entretenida y voy que me mato. Con que esté entretenida y no aburra la novela que yo escriba no va mal la cosa. Otra cosa sería que me devolvieran el manuscrito o leyeran la novela publicada en amazon y dijeran: no he podido acabarla de lo rara y enrevesada que es. O es soporífera y no hay Dios que la aguante. Mi literatura, hoy por hoy, se sostiene, se va aguantando. Otra cosa que es que yo pase al estrellato de los novelistas y la gente diga: fantástica, de bella factura formal y esas lindezas que dice la gente a lo mejor un poco hipócritamente. Si quieres saber adónde va el camino, da el primer paso.
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