Vuelve a presentarse hosco el panorama para mí, después de dos días en los que he estado como eufórico. Los días pasan otra vez cansados, sin atractivo ninguno. Pero da igual, yo debo entender que soy un enfermo, que por eso he dejado de trabajar y que debo hacer algo para estar contento que no es ni cantar ni emborracharme porque eso empeoraría las cosas.
De todos modos, he conseguido salir a Madrid estos días y he estado en el Reina Sofía de arte contemporáneo y he logrado entretenerme viendo unos cuadros la mar de curiosos.
Luego doy unas vueltas por Madrid y al menos, veo algo.
Decía Cervantes que el que anda mucho, ve mucho y el que lee mucho, sabe mucho. No sé si se refería Cervantes con el verbo andar al hecho literal de andar o de viajar pero doy fe que yo al cabo de la semana, he andado mucho.
Fui con Paco a Madrid ayer a ver lo del taller literario pero tenía este unas condiciones pésimas y casi no me hicieron caso así que me buscaré otra cosa.
Si las horas se te hacen largas, no mires al reloj. Piensa en hacerlas cortas.
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