Ya se va aproximando la hora de fumar un cigarrito, el cigarrito retrasado. Quizás, algunas veces, hay que poner las cosas difíciles para que tengan un interés, nos tenemos que poner retos aunque parezcan de chicha y nabo a ver si los cumplimos. Por ejemplo: yo fumo mucho, fumar menos; yo critico mucho, criticar menos y comprender más. En fin. Me resulta difícil comprender formas de vida que las veo tan erróneas que no hay por dónde cogerlas. A mí me educaron muy estrictamente, mis padres ya eran muy mayores cuando nos tuvieron a mi hermano gemelo y a mí y una mirada suya bastaba para que nos quedáramos quietos por horas. Eso yo no lo veo ahora; al revés, veo el caso contrario de niños que no respetan nada a sus padres y la palabra de los padres no vale nada con ellos. Esa permisividad que veo en todos los órdenes de la vida nos ha llevado a decir: "Ha pegado a una vieja pero hay que entenderle, es que era así". Pues vaya unos cojones. Ahora hay que entender hasta al más hijo de puta porque la cosa va de entender todas las conductas, de no coartar ninguna por mala que sea. Viva Franco.
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