Paco y yo hemos ido a Las Rozas y hemos vuelto andando. Recuerdo los días de verano en que Paco estaba muy gordo y enseguida se ponía a sudar y se cansaba cuando andaba unos pocos pasos. Paco ha recuperado la fuerza y ya puede hacer ejercicio. Paco ahora también se muestra muy reacio a conducir porque dice que le cansa mucho. Tendremos, en un futuro próximo, que recurrir al transporte público si queremos trasladarnos. Nuestra enfermedad quizás lleve otras enlazadas como el hígado graso de Paco y el cansancio. No en vano tomamos pastillas a diario que deben ser malas para el hígado, riñón, etc.
Bueno. Espero que estos dos meses que quedan para acabar el año sean buenos para todos y nos lo pasemos bien y no nos pongamos nerviosos y los vivamos felices y con esperanza de mejorar en todos los ámbitos de nuestra vida.
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