La sensación de que está sucia la casa me persigue. El baño tiene suciedad en las rendijas y en las esquinas. La cocina tiene los cristales sucios, llenos de goterones. Un día que estábamos de viaje, mi padre entró en mi casa y a la vuelta me dijo que en mi casa "había que entrar de espaldas". Yo creo que eso es una exageración. No está tan sucia mi casa, pero la percepción que tengo de ella es de suciedad. Habrá que contratar a una chica que nos limpie. Eso será después de vacaciones en el pueblo. A lo mejor, Paco se anima y después de agosto, vayamos a algún lado a pasar unos días, pero no lo creo. Paco es de certezas y tiene la certeza de no ir a ningún lado. Ayer domingo fuimos a pasear y no vimos a nadie por el camino. Estaba todo desolado, la terraza donde tomamos un café toda para nosotros. Paco dijo que con el paseo se vino arriba pues había fabricado endorfinas. Luego vimos a nuestro sobrino nieto, que no para de andar de un lado a otro. Ahora me voy a poner la inyección, voy a comprar de comer para hoy y voy a charlar un rato con los de Colón. A ver qué tema sacan. Lunes para todo el día. Me estoy leyendo una de Pisón. Es muy buena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario