Hoy me he despertado a las 7 y pico de la mañana, pero me he hecho el remolón en la cama hasta las 9. Porque, ¿dónde ir un domingo por la mañana? y ¿qué hace un enfermo mental jubilado un domingo por la mañana? El paseo me lo daré esta tarde a las 6 con mi hermano. Ahora son las 10 y pico y dentro de poco, cuando acabe este blog u otros blogs, me iré a comprar el periódico y a tomar un café a ver si charlo un poco con Martín, el abulense del bar Sandama. Vaya nombre de un bar: Sandama. Un día, buscando por internet, me salía que era una ciudad de un país centroafricano. Martín, el dueño del Sandama suele decir que se muere gente que no tenía costumbre de morirse, así que se llevan una sorpresa. Martín también dice que en España vamos a la ruina y que Dios castiga sin piedra ni palo. Martín es un poco filósofo, pero ni siquiera lo sabe. Viene una fresca brisa por la ventana y parece que el calor de estos días de atrás está dando una tregua a los cuerpos y a las almas. Bueno. Todo es un seguir, un continuar, un andar, queramos o no queramos. Solo espero que la vida, para mí y para los demás, sea todo lo leve posible.
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