Yo me he leído "La voluntad", de Azorín. No es un libro de autoayuda. No es un libro que hable de cosas muy transcendentes. Es un libro que habla de la relación del escritor con otras personas. Recuerdo que Azorín va a Madrid. Allí no encuentra el reconocimiento literario que busca. Pero va describiendo la ciudad. Yo me he leído "Niebla", de Unamuno. Allí cuenta la vida de un hombre que no llega a realizarse ni por medio del amor ni por otro medio. Al final, es un personaje en las manos del autor.
La vida nos va enseñando que cada vez somos más pequeñitos y menos poderosos. Somos como una botella que se va vaciando, vaciando. Pero siempre queda nuestra esencia a la que no debemos traicionar.
Voy a pedir a un santo por el dolor de muelas de mi madre. Ayer se quejaba de ellas, de las muelas. A lo mejor voy a verla en un momento a ver qué tal le va.
Por muchos golpes que te dé la vida, tú procura por ti, tú lucha por ser tú mismo como siempre has sido. La vida es a modo de lucha, no de baile.
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