martes, 2 de marzo de 2021

La primera lectura que se extrae de "El Quijote" es la de un hombre que no está a gusto con su vida y quiere fama por sus hechos, quiere resaltar su propio yo ante las circunstancias y ante los demás y ante Dios. ¿Podría ser que un hombre o mujer se volviera loco o loca escribiendo relatos y creyéndoselos? Sería otra modalidad. ¿Quién no ha soñado escribir algo que se convierta en tu propia realidad? Así como las novelas sentimentales hechas para las mujeres que las hacen vivir momentos únicos y que quieren que pasen en su vida.

Los profesores de literatura suelen mandar como ejercicio de redacción (o por lo menos, yo mandaba) construir una realidad única y esplendorosa de nuestra vida, cómo mejorar en ella, cómo un barrio inmundo se puede transformar en algo ilusionante para vivir. Casi todos mis alumnos lo conseguían leyendo. Yo lo consigo escribiendo historias y huyendo de mi realidad.

Yo no escribo de damas y caballeros. Yo no escribo de héroes o detectives sino de gente vulgar y corriente que se convierte en una ayuda para los demás.

Hay muchas formas de huir de la realidad si esta es fea. Hay que escoger alguna para poder, precisamente, vivir.


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