La gente se cree que porque estés contento con tu piso o con tu sueldo, ya estás contento con todo. La verdad es que hay personas que son así: aman las cosas materiales de este mundo o el dinero, de tal modo, que eso ya les hace felices. Acrecentar mil euros la cuenta corriente les pone muy animados y eufóricos. Son gente que no ha leído o no ha tenido una formación llamémosla espiritual o del cultivo del alma. Se mueven a ras del suelo como las lagartijas. La verdad es que para estar uno contento consigo mismo después de haber leído novelas de todo tipo es muy difícil. Es como el hidalgo que no se conforma con ser hidalgo sino que quiere ser caballero. He leído tantas cosas bonitas en las novelas, que me gustaría vivirlas, claro. Como no es posible eso, me gustaría comentarlas con alguien que las haya leído también. Como no es posible eso, las escribo en blog como este o en otros escritos emulando lo que leí algún día. Eso sí es posible y lo hago, pero lo que yo escribo es como una vela comparada con un relámpago.
Si no sabes ser lo que quieres ser, sufrirás el peor de los tormentos.
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