El sábado pasado por la mañana, dando un paseo por Majadahonda con Paco, la vida se me hizo insoportable, muy difícil de vivir. Menos mal que por la tarde vi a mi sobrino nieto y me alegré un montón de verle reír. Este miércoles yo creía que era jueves no sé por qué. Pero este miércoles ha venido en forma de nube la delicia de vivir, el amable y gentil modo en que flotan las pompas de jabón y no sé por qué. Un señor que me comunicó que yo había obtenido plaza de profesor por incapacidad me dijo que lo mío era sinuoso, elíptico: unas veces me quemaba el sol y otras la luna me traía la tristeza. Es mi forma de ser. Denuncio cosas que veo con saña, porque así las veo y me muestro débil por repetir una y otra vez el mismo día, es así.
Ahora, voy a escribir mi novelita a ver qué me sale. En esta novelita se pueden dar por aludidos gente de mala fe, santurrones, mandamases y desgraciados de la vida porque está escrita en forma de cuentos. Espero pasar un buen día porque mi corazón está contento.
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