jueves, 28 de enero de 2021

Como me aburro, voy a dar paso al comentario de José Ángel Valente. Nació en Orense. Trabajó en universidades extranjeras y en la UNESCO. En 1972, fue ante un consejo de guerra por un cuento que escribió. Es continuador de los místicos. Su poesía es sobria y alude a episodios concretos.

                                             "SERÁN CENIZA..."


Cruzo un desierto y su secreta

desolación sin nombre.

El corazón

tiene la sequedad de la piedra

y los estallidos nocturnos

de su materia o de su nada.


Hay una luz remota, sin embargo,

y sé que no estoy solo;

aunque después de tanto y tanto no haya

ni un solo pensamiento

capaz contra la muerte, 

no estoy solo.

Toco esta mano al fin que comparte mi vida

y en ella me confirmo

y tiento cuanto amo,

lo levanto hacia el cielo

y aunque sea ceniza lo proclamo: ceniza.

Aunque sea ceniza cuanto tengo hasta ahora,

cuanto se me ha tendido a modo de esperanza.


Del libro de poesía: "A modo de esperanza", 1955.


Habla de estar en un desierto y de la nada que anida en el corazón suyo. Luego habla de la amada a la que coge la mano pero todo es ceniza y lo proclama, pero no dice ceniza enamorada sino que la amada representa tan solo una esperanza pues la muerte es más poderosa. La amada es ceniza que es esperanza y el poeta es ceniza y todo lo que tiene es ceniza. Parece el miércoles de ceniza.

No me ha gustado esta poesía. Me gusta el último verso: "cuanto se me ha tendido a modo de esperanza".


                                                            

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