Como me aburro, voy a dar paso al comentario de José Ángel Valente. Nació en Orense. Trabajó en universidades extranjeras y en la UNESCO. En 1972, fue ante un consejo de guerra por un cuento que escribió. Es continuador de los místicos. Su poesía es sobria y alude a episodios concretos.
"SERÁN CENIZA..."
Cruzo un desierto y su secreta
desolación sin nombre.
El corazón
tiene la sequedad de la piedra
y los estallidos nocturnos
de su materia o de su nada.
Hay una luz remota, sin embargo,
y sé que no estoy solo;
aunque después de tanto y tanto no haya
ni un solo pensamiento
capaz contra la muerte,
no estoy solo.
Toco esta mano al fin que comparte mi vida
y en ella me confirmo
y tiento cuanto amo,
lo levanto hacia el cielo
y aunque sea ceniza lo proclamo: ceniza.
Aunque sea ceniza cuanto tengo hasta ahora,
cuanto se me ha tendido a modo de esperanza.
Del libro de poesía: "A modo de esperanza", 1955.
Habla de estar en un desierto y de la nada que anida en el corazón suyo. Luego habla de la amada a la que coge la mano pero todo es ceniza y lo proclama, pero no dice ceniza enamorada sino que la amada representa tan solo una esperanza pues la muerte es más poderosa. La amada es ceniza que es esperanza y el poeta es ceniza y todo lo que tiene es ceniza. Parece el miércoles de ceniza.
No me ha gustado esta poesía. Me gusta el último verso: "cuanto se me ha tendido a modo de esperanza".
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