El siguiente poeta de mi antología es Miguel Labordeta. Nació en Zaragoza y formó parte de la tertulia "Niké". Era el hermano de José Antonio Labordeta. Su poesía es "una autobiografía espiritual, atroz y tierna a la vez, de un alma solitaria". En sus primeros libros hay existencialismo; después se constituye en testimonio histórico al que pertenece este poema que voy a comentar. No en vano, Labordeta estudió Historia.
SEVERA CONMINACIÓN DE UN CIUDADANO DEL MUNDO.
Mataos
pero dejad tranquilo a ese niño que duerme en una cuna.
Si vuestra rabia es fuego que devora tal cielo
y en vuestras almohadas crecen las pistolas:
destruíos aniquilaos ensangrentad
con ojos desgarrados los acumulados cementerios
que bajo la luna de tantas cosas callan
pero dejad tranquilo al campesino
que cante en la mañana
el azul nutritivo de los soles. (...).
Usa el poeta un imperativo: "mataos" en el sentido de: "podéis mataros" y luego excluye de esa matanza al niño que descansa, al campesino, al joven estudiante "que lleva en su corazón un estío secreto" y a ese hombre tan bueno y tan vulgar que con su mujer "pasea en económicos atardeceres".
Es muy bonita y poética la lista que hace Labordeta de los seres que no merecen la guerra.
Hay referencias a la guerra en "vuestras almohadas crecen las pistolas" haciendo referencia al belicismo que hubo antes, durante y después de la guerra civil española: dice "crecen" como si las pistolas fueran un ser vivo, dándole así mayor realce a las armas.
"Acumulados cementerios que tantas cosas callan": es una referencia a los fusilamientos que hubo en España en la época de la guerra civil.
En toda la poesía, lo que hace Labordeta es ordenar que se maten todos pero librar de esa guerra a todos a la vez, cosa muy difícil. Los ejemplos que pone son de gente corriente que no merece morir en una guerra. Es a la vez atroz y tierno el llamamiento a la paz que hace
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