martes, 19 de enero de 2021

 Esta mañana me he levantado de la cama y me he dicho: otro día igual que ayer, otro día igual que mañana y los que me queden por vivir. Después, he puesto a la lumbre un cocido y ya me he entretenido un poco. Iba catando del caldo a ver si los garbanzos se cocían. Luego, he ido con mi hermano al parque de Colón, pero allí también se me ha hecho insufrible el estar con un señor pensionista hablando del covid. Así que me he dado un paseo por "el barrio", como yo llamo a la calle que va rodeada de comercios y de algo de vida y me he sentido mejor. Allí me he encontrado con Pilar y hemos estado hablando y fumando a la puerta del bar al que iba yo cuando me despertaba a eso de las cinco de la madrugada. Ha sido de alivio fumar allí un cigarrillo con esa mujer. Me vengo a casa recorriendo por segunda vez el barrio en dirección contraria y ya me encuentro mejor. Es balsámico ese paseo por esa calle. No sé por qué me hace sentir bien. Hemos comido el cocido y me he tumbado pero no he dormido apenas la siesta pensando en la novela, cómo proseguir con ella. Luego Paco se ha ido y yo voy a seguir comentando poetas y haciendo uno yo en este blog:


Si el oscuro torrente conoce crecidas

quiero yo también conquistar el valle,

salirme de mi cauce aburrido

y tornarme río que llegue al mar.

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