Esto de sentirme mal por las mañanas ya es una costumbre pero con la que está cayendo, es normal: el virus, el tiempo este de cielos grises que no llueven (yo quiero que llueva mucho). Me levanto y lo paso mal pensando que mi vida es una pura ruina pues no hago nada de interés aparte de escribir en este blog y otros escritos a los que me dedico sin mucho éxito. Es una pena mi vida si se pone uno a pensar: me levanto sin ningún objetivo, por las calles no veo más que gente mayor, llevo vida de jubilado como ellos pero yo tengo 51 años. Es una pena. Espero que pase esta especie de desolación que me entra cada mañana y lo vaya superando. Por las tardes lo paso mejor: me tumbo un poco en la cama a reposar la comida y pienso en lo que tengo que escribir. Hoy he escrito tres folios de la novela que voy a dar por acabada matando al protagonista y así me dedico a otra novela o lo que salga. Luego he escrito comentarios de poemas de poetas antiguos de una antología y a menudo encuentro en ellos expresiones bonitas, versos que se me quedan en la memoria para toda la semana por su belleza. Total, mañana mato al protagonista de la novela y comento poemas a ver que tal se me da y estoy un par de horas frente a la página en blanco.
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