Hace días que no me muevo de la ciudad. Hace días que es enero y la gente no sale porque hay crisis y frío y poco dinero en los bolsillos. Hace días que vivir se ha vuelto difícil porque vivir es lo mismo todos los días.
Debo buscar un proyecto literario en el que me embarque y salir airoso de él. La novela que estaba haciendo ha hecho aguas y solo podré sacar de ella un relato de unas cincuenta páginas.
Se me pasó el tiempo en que yo escribía todas las tardes la misma historia larga. Ya no hay historias largas que me cundan para todas las tardes.
Me he metido en una parsimonia perezosa que me tiene acobardado frente a la vida. Puede ser el inicio de una depresión o estado depresivo.
Pero hoy he escrito dos blogs y estoy contento porque llevaba ya muchos días sin escribir ni una línea. Me había prostrado ante la blancura de la página y no me salía nada.
Novela de doscientas páginas: he ahí mi propósito y mi necesidad y mi sentido.
A veces notamos que lo que hacemos no vale.
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