martes, 17 de enero de 2017

Ir de Majadahonda a Aranjuez es fácil. Divertirse una vez llegado a esa real ciudad es otra cosa. Ir de Majadahonda a Oporto es fácil, hay una carretera que las une. Divertirse una vez allí es lo difícil. Porque no todo es cantar y bailar en esta vida. A veces te rodeas de papanatas que te estropean las vacaciones o la excursión.
Yo me pregunto muchas veces si a cierta edad como la mía o en determinados ambientes como en el que yo vivo o determinados modos de vida como son los habituales en ciertos momentos o lugares la diversión esta vedada.
Hay estúpidos que no dejan a las personas razonables llevar una vida más o manos excitante, con alguna distracción divertida en su vida, como pueda ser bailar o reírse de algún chiste despreocupadamente.
Hay ciertas relaciones que son tóxicas y te atrapan en una red inmunda a modo de telaraña que te tapa los ojos y ya no te deja ver más allá. Y te amargan el momento, que suele ser muy largo.
Esperando que surjan otro tipo de relaciones puedes esperar un montón y no aparecen pero el consuelo es que en tu soledad no tienes que compartir las sandeces de ciertas personas que son bobas y malas por naturaleza.

Hay personas y personas.

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