Una conducta aviesa o inmoral de unas personas hacia otras personas produce confusión mental no solo en quien se vea afectado por la incorrección de la conducta sino también de quien tenga noticia de la conducta en cuestión, de quien la presencie o de quien la consienta porque no tenga otro remedio.
Tenemos que tener mucho cuidado de cómo nos comportamos con los demás no sea que se destape la caja de los truenos y ese trato despectivo, ese desahogo inmoral de nuestro comportamiento al final acabe afectándonos a nosotros mismos.
Si hacemos luz de gas a una persona, ¿cómo reaccionará esa persona al cabo del tiempo? Sin duda alguna, con desprecio u odio hacia la persona que le ha estado arrinconando de mala manera.
Si preguntamos e incordiamos constantemente a una persona que nos nos ha dado nuestra plena confianza para que preguntemos tanto de su vida, ¿cómo reaccionará? Cortando el grifo de esa amistad incómoda. Y así todo. O vamos con tacto y cuidado con las personas o esas personas reaccionan algún día y nos nos vuelven a hablar o algo peor.
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