Yo debo a mis padres el cuidado que ellos me dieron a mí, que fue bastante para que yo haya desarrollado mi vida a pesar de mi enfermedad. Mis padres han sido los que se han desvelado cuando mi hermano y yo estábamos enfermos dedicando tiempo y esfuerzos para que nos curáramos. Al mismo tiempo, ellos han tenido la habilidad de no dejarse llevar por la pena nuestra (de mi hermano y mía) y nos han obligado a buscarnos la vida mejor que algunos zánganos que no han tenido mi enfermedad o la desprecian. Hay gente que vive la vida, jode, come, bebe y no se acuerda de que hay un futuro delante de ella que le va a pedir explicaciones al paso del tiempo.
Ahora yo tengo que devolver esos cuidados a mis padres en justa correspondencia porque nadie ha comprendido mi enfermedad mejor que ellos cuando yo babeaba por las calles o alucinaba en mi habitación.
Mater et pater magister vita sunt.
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