Tengo la tarea por delante de hacer una paella, que no es poca cosa. Primero, hay que poner a cocer los mejillones, pelar langostinos y gambas, trocear pescado, hacer el sofrito con tomate y pimiento y en fin, ponerse a la tarea. Me da mucha pereza ponerme a hacerlo y estaría mejor rajando con los amigos pero no.
Los árboles ya amarillean porque han soportado mucho calor. Se van cayendo ya muchas hojas. Estamos a últimos de julio. Yo duermo bien por las noches. No estoy muy nervioso aunque podría estarlo. He olvidado muchas situaciones malas del año pasado por estas fechas porque a nadie le apetece presenciar desgracias familiares ajenas; tampoco le apetece presenciar las propias, que también las hay. En fin, me voy librando de males que yo nunca provoqué y me he tenido que tragar por hacer favores y no me han gustado ni un pelo. Por lo tanto, si me libro de males, mejor estaré y haré la paella como Dios manda, sin interrupciones mentales insidiosas.
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