No escribo hoy los versos sostenidos
por una pluma dócil a la mano
sino que me salen sentimientos sometidos
a la dureza del vivir la vida mía.
No es que no tenga dentro de mi corazón
ideas y pensamientos dignos
sino que expresarlos me cuesta un montón.
Diría yo de los tigres de Persia y de los pájaros de Bankok
pero no digo más que de mi depresión
que me asalta por las mañanas
y por las tardes se diluye como el sol.
Diría yo de los cisnes del palacio de Versalles
pero no digo más que de mi situación
triste y oscura. Madre, dame tú tu bendición.
Hoy no se me ocurre nada, qué canción.
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