Las obsesiones o manías que me acompañaban últimamente van desapareciendo. No tengo molestias mentales provocadas por personas o hechos particulares de mi vida diaria. Ando más feliz, pues, con la cabeza más ligera de mierda obsesiva. Leí hace poco un artículo en el periódico sobre Julián Marías. Fue un filósofo español poco reconocido en nuestro propio país. Lo que más me llamó la atención de su obra es que llegó un momento de su vida en que se interesó sobre la persona. Mientras leía el artículo, yo pensé: ¿qué sería capaz yo de escribir sobre la persona? y ¿qué es la persona? Yo no sé nada de la persona, así, en singular y en sentido filosófico pero yo creo que debemos mantenernos como personas que somos hasta la muerte, no haber estado en manos de los gustos absurdos y de las modas para dejar de ser precisamente personas y convertirnos en unos maniquíes del Corte Inglés o del Carrefour. Eso es lo que sé de la persona. Nada más.
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